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Inventar prácticas sensibles (*)

 

Idea de Mujer, es la exhibición de Verónica Artagaveytia que evoca las líneas de cuerpesconmovidos por la Naturaleza que deja evidencias y permite contemplar las infinitasformas de existir. A temprana edad la influencia de su entorno, el campo y la ciudad, lallevaron a investigar los pliegues y a zambullirse en los misterios de aquellos eventosyterritorios que la dejaban en un estado de contemplación profundo. Recorrió India, vivóen Europa, en Córdoba (Argentina), en donde también crecieron sus hijos. En aquellostiempos, nacen los trazos de “Idea de mujer”, como parte de un proyecto queleacompaña a lo largo de su vida: en sus esculturas, en el diseño de sus Antijoyas, ensusperformances. El espíritu de la Naturaleza, es la materia prima de cada uno de sustrabajos y esto la llevó a tener una concepción de la creación dinámica, amplia y sinataduras. El nacimiento de esta obra se gesta en el tiempo vital, en accionesmultigestuales y poéticas singulares de la artista, un símbolo que perdura en el tiempoyque se instala en su obra es el uso de la espiral de Fibonacci, que se identifica en todasucreación. Se trata de un proyecto artístico en el que la invención de prácticas sensibles, establecen un diálogo con las corporalidades, con la experimentación y con su formadeconcebir a su mundo y al arte. La artista vive en la orillas de un arroyo, y generaunamimesis natural con el lugar en el que habita, con sus dibujos, sus pinturas y conloselementos con los que trabaja, que eclosionan en esta exhibición. Hay una creaciónquese conjuga como un acto inminente, un mazo de estampas creadas por la artista, sondibujos de un mundo que se plasma en esas pequeñas y potentes figuras. Y que a suvezcrecen en escala pasando a grandes pinturas sobre papel kraft, que continúan estas ideasde mujer y la sintetizan en líneas con gestos y extremidades precisas en todos susmovimientos. Son trazos gruesos que se estilizan en la medida en la que la artistanecesita fluir con la materia, son senos, brazos, reflexiones, cerebros, dendritas, energíasvarias. Su voz se expande en la sala, como su cuerpo en el río, los fluidos se confunden, no hay una razón única y todo esto en perfecto equilibrio. Hay dos videos que formanparte de este trabajo, ambos registros se vinculan con su sentido del habitar ylapertenencia, que muestran la convivencia diaria con sus hallazgos matéricos, un mododeintercambio particular con el río, con su follaje, con su tránsito corporal. Puesta en escenade: la luz, la voz, lo innombrable como un lenguaje posible, el desmembramientoylafragmentación. Son elementos vividos y exorcizados por Artagaveytia, quien a suvez“inventa una práctica sensible”. Estamos frente a una propuesta de exhibición clave ensuobra, el ensamblaje de las materialidades como unidad, como zona disidente y disruptiva, una pantalla en donde la idea de mujer, es múltiple, variable y sin condena. La artistanoslleva a enfrentarnos con la Naturaleza, su potencia y sabiduría. En la sala puedencomprenderse estos rastros, porque tengamos en cuenta que su obra, deja señales sobreesa idea de mujer que es multidimensional, no jerárquica, cartográfica, son líneas quedefienden un mapa en construcción, una idea de silueta fuera de la ley de la gestalt. Sobreuna amplia superficie, en medio de la sala, Artagaveytia realiza una performance, basadaen un monólogo silencioso, una rama perfecta fosilizada, una cómplice a la que invita paratrabajar sobre la inmanencia de la materia que hace espejo en Idea de mujer, las doscomo viajeras en el tiempo, como seres universales siendo con la Naturaleza.

 

Jacqueline Lacasa

 

(*) Lang Silvio. Manifiesto de la práctica escénica. El tiempo es lo único que tenemos Actualidad de las artes perfomáticas. Barbara Hang y Agustina Muñoz, Caja Negra

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